Mitos

Mitos Griegos y El origen mitológico del mundo


¿Cuál es su origen?
Los mitos fueron  elaborados para dar una explicación a los orígenes del mundo, de la vida y en simultáneo dar cuenta de las distintas aventuras de una considerable variedad de dioses, héroes y criaturas mitológicas.


El origen mitológico del mundo
Según Hesíodo, el mundo surgió de un espacio infinito, oscuro y sin forma lamado Caos. En ese entonces, nada de lo que conocemos ahora existía. Del Caos nacieron los cinco elementos básicos: Gea, la Tierra; Tártaro, el mundo subterráneo; Eros, la fuerza del amor; Erebo, las tinieblas infernales; y, por útimo, la Noche, personificación de la oscuridad.

El Tártaro, el lugar subterráneo que está separado de la superficie terrestre por la isma distancia que existe entre el Cielo y la Tierra, era el lugar donde sufrpian horribles tormentos las almas de quienes merecían castigo por los crímenes cometidos en su vida, era un lugar parecido al temido Infierno crestiano.

Eros, el más bello de las divinidades inmortales que existieron luego de la Tierra y el Tártaro, era el gran titán del amor. Sin duda, Eros era una de las fierzas fundamentales de la naturaleza, ya que gracias a él los seres se unían y creaban vida, asegurando la reproducción de las especies.

El Erebo personificaba las tinieblas del mundo subterráneo, en cuyas profundidades más reconditas se situaba el Tártaro. A la Noche, se la identificaba como una de las fuerzas elementales de la naturaleza, ya que en su misteriosa oscuridad podía engendrar demonios y enemigos desconocidos. Además, el hecho que en la mitología apareciese representada por una divinidad sirvió para dotarla de personalidad y, por lo tanto, hacerla menos misteriosa. La noche era temida y respetada hasta por sus semejantes, los titanes.

Según Hesíodo, la Noche desempeñaba un papel fundamental en el mito de la creación del mundo, pues aparecía como el primer descendiente del Caos que dio vida a otros elementos del mundo. Así, de la unión de la Noche con Erebo, nacen el Día y el Éter. Se creía que el Éter era la personificación de la zona más elebada del Cielo, donde llegaban los rayos solares más puros; por lo tanto, iluminaba a los dioses, mientras que el Día iluminaba a los mortales.

La siguiente en tener descendencia fue Gea, la Tierra, y para ello no tuvo que recurrir a nadie. Así pues, sin el contacto con otro ser divino, la titán ella sola engendró a Urano, el Cielo, para que la cubriese y fuese un hogar para las divinidades que habrían de venir después. De ella nacieron, además, las enormes montañas y el Ponto, personificación del mar, con lo que se dio forma a la estructura básica del mundo terrestre.
Los griegos definieron a Gea o Gaia como la primera madre y fuente de toda la susbsistencia y fertilidad, pues no solo representaba el cuerpo físico de la Tierra, sino también su esencia y poder, de igual forma sus primeros hijos eran a un mismo tiempo divinidades y elementos del universo.

Si deseas conocer más del tema:
Titanomaquia
Primera Generación de dioses Olímpicos
Segunda Generación de dioses Olímpicos

Comentarios

  1. Super interesante tu tema pero aun no me queda claro que se diferencia una religión a una mitología.

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  2. La mitología en esta época de la humanidad es muy interesante, es la forma de ver como las personas entendían o intentaban entender el mundo que los rodeaba sin la llegada de la ciencia.

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